Recibes esta newsletter por ser suscriptor de Movimiento en palabras, la única newsletter que habla sobre el movimiento en tu día a día. Me gustaría llegar a más personas, y para ello me ayudaría mucho si la compartes dando click al botón:
Hace días que no escribo y no por falta de ganas.
Por falta de ánimo.
Tranquilo, todo está bien pero quiero contarte algo que me ha sucedido recientemente, y cómo lo estoy afrontando para sacar partido de ello en forma de lección, aprendizaje y quién sabe si algo más.
Si quieres saber lo que me ha sucedido, acompáñame en esta corta historia.
Hace unos días fui al médico porque llevaba un tiempo con un dolorcito en la ingle.
La primera vez que noté el dolor fue en una clase de yoga.
De repente me vi forzándome al hacer una postura, intentando ir un poco más allá, y con dolor (si sientes curiosidad, la postura se llama Kapiasana, la puedes buscar).
Si te mueves mucho en tu día a día y pones tu cuerpo a prueba a menudo, sabes que es normal tener algunos dolorcitos aquí y allí.
- He estirado más de la cuenta y posiblemente tenga una micro-rotura de fibras. Voy a dejar de forzar durante un tiempo.
Es lo que pensé yo dentro de mi cabecita.
En algunas posturas no estoy tan avanzado, pero puedo decir que mi nivel de movilidad en esa postura concreta es suficientemente bueno.
Así que de repente me vi a mí mismo, forzando y con dolor, en una postura que generalmente se me da bien.
¿Por qué estaba forzando y haciéndome daño?
EGO
Aunque me cueste reconocerlo, hay una parte dentro de mí que necesita enseñar, demostrar, necesita que los demás den su aprobación.
- ¿Qué penoso no Carlos? - estarás pensando.
Pues sí, para qué te voy a engañar, hay una parte dentro de mí busca sentirse querido y aceptado y esta es una forma de sentir que soy alguien en el grupo.
Pero hoy no quiero hablarte de mi ego, otro día hacemos una disertación sobre lo bueno y lo malo del ego.
Quiero hablarte del dolor al moverte, al utilizar tu cuerpo.
A falta de resultados de algunas pruebas, parece que lo que tengo en la ingle es un anillo complaciente, que para que nos entendamos, es algo parecido a una hernia.
Cierta parte de tejido ha perdido su elasticidad y al hacer fuerza con la parte baja del vientre parece que algunas vísceras quieren escaparse por ese tejido y eso me genera el dolor.
Es algo muy incipiente, la verdad, por eso quieren hacerme más pruebas.
Aquí doy gracias a todo el movimiento que hago porque sea lo que sea, he podido detectarlo muy rápido y empezar a ponerle solución cuanto antes.
A veces pienso que una persona sedentaria nunca se habría dado cuenta de tal situación, hasta que fuera demasiado tarde. Y entonces las consecuencias son peores.
Así que la lección aprendida es:
Moverte te ayuda a comprobar diariamente si todo está bien, o si por el contrario hay algo que empieza a ir mal por el motivo que sea.
Esto lo junto con una frase que me dijo un entrenador una vez:
“You either get the injuries of moving… or not moving. You choose.”
O bien tendrás las lesiones de moverte… o las de no moverte. Tú escoges.
Pasar cosas, van a pasar, tarde o temprano. Lo importante es estar preparado para cuando sucedan. Conforme vas viendo situaciones, en ti y en los demás, te das cuenta que intentar controlar todo es imposible. Vivimos en un universo aleatorio e imprevisible. Así que mejor rendirnos al hecho de que las cosas van a salir como tengan que salir.
Para mí, que me dedico a moverme y a enseñar a los demás a hacerlo, es muy importante estar en condiciones “siempre”, y lesionarme ahora mismo, significa no poder trabajar, con lo que ello conlleva. Si te dedicas al entrenamiento o algo parecido, sabes a qué me refiero.
Sin embargo de esta situación en principio adversa, saco muchas lecciones que me traerán un beneficio. Voy a intentar resumirlas por si te sientes identificado:
Moverte y estar activo permiten darte cuenta cuando las cosas no van bien, y facilitan poner solución de forma prematura.
No hay que vivir la vida con miedo, pero tampoco es necesario forzar más de lo necesario (menos aún cuando el motivo es el EGO).
Reflexiona sobre el papel del EGO en tu vida. ¿En cuantas decisiones de tu vida interviene, y cuál es el motivo? Tengo pendiente leer el libro de Ryan Holiday “The ego is the enemy” (El ego es el enemigo). Me lo han recomendado varias personas y estoy seguro que voy a aprender mucho.
¿Cuándo es la última vez que has hecho una actividad deportiva sin buscar mejorar? Solamente por el hecho de disfrutar la actividad.
¿Puedes hacer tu trabajo de otra forma? ¿En lugar de explicar con demostraciones físicas, puedes enseñar con dialéctica, hablando, describiendo? En parte esta newsletter me ayuda a aprender a escribir y desarrollar pensamientos, así que ¡gracias por leerme!
¿Si tuvieras que dejar tu trabajo, temporal o definitivamente, qué harías con tu vida? En este aspecto en las próximas newsletter quiero explicarte una de mis aficiones/pasiones que pocos conocéis de mí. Pronto.
Ahora me dirijo a ti:
¿Alguna vez te has visto en una situación parecida o te has hecho este tipo de preguntas?
Si es así, me encantaría saber de ti, qué piensas, qué reflexiones has hecho. Seguro que puedo aprender mucho de tu forma de afrontar las situaciones. Puedes hacerlo en este botón de aquí:
Un abrazo y feliz jueves.
Carlos me gusta mucho la manera tan sencilla como explicas tus vivencias. Sigue así, los que te seguimos disfrutamos con tus escritos. Espero que te recuperes muy pronto y cuídate. Felicidades, un beso.
Hola Carlos!!
Me encanta leer lo que escribes, te muestras muy cercano y humilde, transparente.
En mi caso una de las reflexiones que más me trae de cabeza es la de que a veces hay que sacrificar ciertas cosas para poder hacer otras, que no todo es compatible aunque nos cueste reconecerlo. Más concretamente cuando pienso en esto pienso en cómo compaginar una vida nómada con seguir haciendo lo que amas con quiénes amas. Es decir, puede que me encante ir a clases de X disciplina, o quedar para bailar con mis amigxs, pero sé que si mi espinilla es viajar tendré que sacrificar estos momentos, y eso es lo que se me hace más duro para mí, porque una de las cosas que más me gustan del movimiento es compartirlo con personas con quienes puedas formar una tribu y crecer juntxs, y claro que Internet nos lo pone más fácil y que parece ya que casi todo sea posible, pero se echaran de menos esos momentos "presenciales" con esas personas.
Será cuestión de buscar el equilibrio, además que sabes que siempre puedes volver, y que ahora toca volar, quién sabe lo que nos depara el camino :)
Espero que te recuperes pronto Carlos!! Gracias por tus palabras!!