Si te duele la espalda, probablemente te lavas mal las manos
Cura tu dolor de espalda aprendiendo a lavarte las manos
Lo sé.
Tanto el título como el subtítulo son pretenciosos. Pero pronto me darás la razón.
Uno de los dolores más comunes en personas adultas es el dolor de espalda, más concretamente el dolor lumbar.
Si nunca has tenido dolor lumbar, puedes dejar de leer por hoy, lo que tengo que contar igual no te te va a mejorar la vida.
Aunque si eres de esos desinteresados que a los que les gusta ayudar a los demás, puedes seguir leyendo, igual aprendes algo hoy y lo puedes compartir.
La lectura de hoy se remonta a un viaje a la India en 2015. Si nunca has ido, te adelanto que va a ser una experiencia que no olvidarás, a cada uno le marca por distintos motivos. La pobreza, los olores, la cantidad de gente, las rupias, la historia, qué sé yo.
Yo aprendí a lavarme las manos, y eso me marcó.
Mejor dicho, lo que aprendí a la orilla del río Ganges en Venarés (ciudad sagrada por los hindús), cambió por completo algo que llevaba 33 años años haciendo.
Ya lo sabes. Lavarme las manos.
India es un país de contrastes, y uno de ellos es que hay muchas etnias distintas y también mucha mezcla entre las mismas. Otro es la pobreza que contrasta con edificios coloniales antiguos y majestuosos.
La pobreza marca la población. Muchas personas, por ejemplo no tienen sillas en casa. Y se sientan en el suelo, o en sentadilla profunda, lo habrás visto mil veces. Pero de esto hablamos otro día.
La cuestión es que el hecho de no tener ciertas comodidades como las que tenemos en occidente, hace que no cojan malos hábitos y lo más importante, que no desconecten de las sensaciones de su cuerpo.
Volviendo a Venarés, concretamente en el mercadillo, cerca del río, recuerdo ver una mujer negra cargando su bebé en el pecho con un pañuelo de estos grandes.
Estaba escogiendo cebollas, pero esto no es relevante.
Lo relevante es que estaba inclinada hacia delante, con las rodillas flexionadas, la cadera flexionada, y la espalda recta (o neutra). Y lo más relevante es que se pasó así un rato bien largo.
Tiene sentido, estaba cargando el bebé y quería ver bien las cebollas que iba a comprar. Necesitaba una postura cómoda que le permitiera cargar con el bebé y acercarse a las cebollas que estaban en el suelo para escoger las mejores.
Si lo analizamos, hacía dos movimientos: flexión y extensión.
Flexión de rodilla y de cadera para bajar su cuerpo y acercarse al suelo que es donde estaban las cebollas.
Extensión de columna para sostener el bebé y que no se cayera al suelo.
Como decía, estuvo mucho rato, estaba cómoda en esa posición.
Ahora ves a lavarte las manos y observa tu postura.
No es broma. Ves ahora. Te espero.
Te digo lo que probablemente has hecho sin darte cuenta:
- Has mantenido las rodillas prácticamente flexionadas
- Has flexionado tu columna, o dicho de otra manera, te has encorvado hacia delante.
- Has sentido una ligera tensión en la lumbar, pero no le has dado importancia.
Si no te has dado cuenta de nada de esto, te invito a que vuelvas a lavarte las manos.
Bien, pues esta postura para lavarse las manos está creando tensión que acaba en dolor de espalda.
Además estos días nos lavamos las manos cada dos por tres. Eso es bueno, tranquilo.
Te invito a que te vuelvas a ir a lavar las manos y lo hagas con la postura de la mujer que escogía cebollas a la orilla del río Ganges.
Flexiona un poco las rodillas y la cadera (piensa en llevar el culo un poco hacia atrás) y mantén la espalda recta.
Observa la diferencia. Tanto si la observas como si no, puedes dejarme tu comentario.
Cada vez que te laves las manos, recuerda la mujer que escogía cebollas.
Te aseguro que a largo plazo me lo agradecerás.
Un abrazo,
Carlos
PD: puedes hacer lo mismo al lavar los platos, lavarte los dientes, cocinar, etc.
Puedes venir a lavar los platos a mi casa cuando quieras...sabes que aquí no te pasaría. Casi tienes que saltar para darle al grifo :P :P ;)